domingo, 20 de diciembre de 2009

Honor para Charlie Montoyo


Honor para Montoyo

Fue premiado como Dirigente del Año en las Ligas Menores

EN ACCIÓN. Charlie Montoyo (al fondo) fue coach de tercera base del equipo de Puerto Rico en el pasado Clásico Mundial de Béisbol.
Por José A. Sánchez Fournier / jose.sanchez@elnuevodia.com
La labor de Charlie Montoyo en la organización de los Rays de Tampa Bay fue reconocida estas Navidades por partida doble. El piloto de la afamada novena Bulls de Durham en la pelota Triple A fue premiado como el mejor dirigente en todas las Ligas Menores por la revista especializada “Baseball America”, que le dedicará un artículo al floridense en su venidera edición. El doble reconocimiento tomó por sorpresa a Montoyo, quien reside en Arizona durante la temporada muerta. “Cuando me llamó el presidente de las Ligas Menores y me dijo que me habían nombrado el dirigente del año, yo le pregunté, '¿De todas las Ligas Menores?'”, recuerda Montoyo sobre su reacción al reconocimiento de “Baseball America”. “No lo podía creer. Son muchos equipos, muchos dirigentes buenos. Es un honor”.
Como si fuera poco, Montoyo también fue recipiente del Mike Coolbaugh Award, que se le entrega anualmente al técnico de liga menor que haya demostrado una ética de trabajo extraordinaria, conocimiento del deporte y habilidad en siendo mentor en de jugadores jóvenes en el terreno. Como mentor de liga menor, Montoyo, quien lleva 13 temporadas como técnico en la organización de Tampa, ha tenido la oportunidad de trabajar con una multitud de jugadores que luego han llegado a las Mayores.
Y en parte es por su talento en ayudar a que los peloteros se desarrollen a su máximo potencial, que recibió el Mike Coolbaug Award, establecido en el 2008, en honor al ex grandesligas y técnico de liga menor, quien falleció el 22 de julio del 2007 mientras trabajaba como “coach” de primera base, tras accidentalmente ser alcanzado por una línea de foul bateada por el boricua Tino Sánchez durante la novena entrada un partido de la Liga del Atlántico.
“El Mike Coolbaugh Award para mi significa mucho. Habla de la ética de trabajo, que es bien importante”, explicó Montoyo, quien ve como su responsabilidad principal el enseñarle lo importante de la disciplina a sus jugadores. “Yo no me preocupo por ganar principalmente. Pero si puedes enseñarles mientras ganas los partidos, les instruyes una ética ganadora también”, dice Montoyo, quien llevó a los Bulls a su tercer campeonato seguido en la División Sur, y a conquistar el título de la Liga Internacional. Nada mal para alguien que no le da mucha importancia a ganar.
Portador de buenas nuevas:
Uno de los beneficios de su profesión es que, como piloto de Triple A, le toca a él informarle a sus jugadores cuando son llamados a Grandes Ligas. “Eso es lo más que me gusta. Sea un veterano o un novato que sube por primera vez, ponen la misma cara (cuando reciben la noticia)”, dijo sobre la reacción de los jugadores al enterarse que se convertirán en grandesligas.
“A mí me encanta ver esa expresión. Y es lo más importante de mi trabajo”. Es un rostro que ve a menudo. Carl Crawford, Evan Longoria, David Price, James Shields, y Johny Gomes son algunos de los peloteros de las mayores que pasaron tiempo bajo la tutela de Montoyo.
“Del roster (de Grandes Ligas) de este año, como 15 jugaron para mí en algún momento”, agregó.
La única razón por la que Montoyo no ha podido laborar como técnico en la pelota profesional de Puerto Rico es debido a que en el 2007 tuvo un hijo que nació con complicaciones congénitas cardíacas, por lo que el pequeño aún no puede viajar a la Isla. Y Montoyo le dedica a su familia toda la temporada muerta y sus días de descanso durante la campaña. “Esta temporada pasé cada día libre que tuve en mi casa”, explicó sobre la homérica travesía que daba desde Carolina del Norte, donde están los Bulls de Durham, hasta Arizona, donde reside junto a su seres queridos.
“Cuando tenía un día libre, la noche antes me iba del juego y tomaba el último avión disponible. Pasaba el día completo en casa y al otro día me montaba en el primer avión de regreso. Llegaba al aeropuerto y me iba directo al parque”. El sacrificio ha rendido frutos. Y, mejor aún, su hijo ha sido sometido a tres distintas operaciones de corazón abierto, y ha respondido de manera positiva.

Contento en las Menores:
Aunque es una posibilidad a largo plazo, Montoyo no pierde el sueño pensando en llegar a las Mayores como dirigente o “coach”. “Todo el mundo piensa en eso”, explicó Montoyo, quien durante sus años en el terreno fue miembro de la selección nacional de béisbol.
“Como Grandes Ligas no hay nada. Pero yo no puedo controlar eso. Yo hago lo mejor que puedo en Triple A y si algún día me dan la oportunidad, tremendo. Quiero hacer el mejor trabajo que pueda, donde sea que esté”, terminó diciendo Montoyo, oriundo del pueblo norteño de Florida.