sábado, 1 de diciembre de 2018

Charlie Montoyo está feliz de compartir con su gente en el pueblo de Florida

Charlie Montoyo está feliz de compartir con su gente en el pueblo de Florida

Tras su nombramiento como dirigente de los Azulejos de Toronto, Charlie Montoyo estuvo ayer por primera vez en su pueblo de Florida y visitó el parque de su infancia en el casco urbano.

El Nuevo Día1 Dec 2018
ANTOLÍN MALDONADO RÍOS 

Vanessa.serra@gfrmedia.com

Tras su nombramiento como dirigente de los Azulejos de Toronto, Charlie Montoyo estuvo ayer por primera vez en su pueblo de Florida y visitó el parque de su infancia en el casco urbano.
“Cuando me dieron el puesto en lo primero que pensé fue en mi pueblito” CHARLIE MONTOYO DIRIGENTE DE LOS AZULEJOS DE TORONTO

FLORIDA. – En la entrada al casco urbano del pueblo de Florida, justo al llegar a la pequeña plaza de recreo, un cartelón grande en lo alto de un edificio le da la bienvenida a uno de los hijos de este municipio norteño, Charlie Montoyo, con un mensaje de felicitación por haber sido nombrado el pasado mes de octubre dirigente de los Azulejos de Toronto en el béisbol de Grandes Ligas.

Y si se camina desde ese punto hasta el cercano parque de béisbol Norberto Montoyo, no se toma más de cinco minutos en llegar. Justo allí fue donde Charlie dio sus primeros pasos como pelotero hace más de 45 años, y donde se encontraba ayer el técnico mientras era entrevistado para un reportaje del medio canadiense Sportsnet, que vino a documentar en esta ciudad la llegada del nuevo piloto de los Azulejos.

El exjugador profesional que tuvo una breve experiencia en Grandes Ligas en 1993, arribó a su pueblo natal en la madrugada de ayer, su primera visita al país desde la noticia de su nombramiento. Hoy será honrado con una caravana por el pueblo, y entre otras actividades visitará nuevamente el pequeño parque que lleva el nombre de su tío, fallecido en combate en la guerra de Vietnam.

“Esto me trae muchas memorias lindas, porque en los 80 el equipo de Florida era de los mejores del Béisbol Doble A, y para ese tiempo recuerdo esa guerrilla contra Manatí, Vega Alta y Vega Baja. La sección Norte era bien buena, y quedamos campeones en el 82. Mis memorias aquí son bien chéveres”, dijo Montoyo al recibir a El Nuevo Día en el estadio, al que su padre Félix Manuel lo llevaba junto a sus hermanos cuando vivían al cruzar la calle.

“Eso es lo que me causa alegría”, agregó Montoyo refiriéndose a las sensaciones que está viviendo la comunidad con la noticia de su nombramiento en Toronto. “La alegría que siente mi familia y mis amigos. Como sabes, somos puertorriqueños y los amigos de nosotros son en realidad como hermanos. Nos vemos, nos abrazamos. Cuando me dieron el puesto en lo primero que pensé fue en mi pueblito”.

Ahora que tiene la oportunidad de visitarlo, Charlie está disfrutándolo al máximo. Ayer, al concluir las entrevistas con este medio y la prensa canadiense en la residencia de sus padres Félix Manuel Montoyo y Nydia Díaz, se movería a la casa de una prima para una fiesta con familiares y amistades. Hoy la jornada será para celebrar con el pueblo, y ya tuvo un anticipo tarde la noche del jueves cuando una delegación de Flo- rida viajó hasta San Juan para recibirlo en el aeropuerto.

Algunas de esas viejas amistades, según dijo Charlie, de 53 años de edad, fueron las mismas que lo acompañaron hace más de 30 años desde Florida cuando salió del país para hacer carrera como pelotero en el béisbol de liga menor, antes de ser ascendido en 1993 a las Mayores.

Ayer en la residencia de los Montoyo en la Urbanización Las Vegas, a donde Charlie se mudó con sus padres cuando él tenía solo 13 años, el ambiente era de celebración, pero sobre todo de gratitud. Otra pancarta con la foto de Charlie le da la bienvenida a su casa.

“Esto es un sueño realizado, porque sabíamos que por su forma de tratar a la gente, su comunicación iba a ser efectiva. Y de hecho, por su forma de ser, aconsejaba a los demás él jugando... ‘muévete para allá, muévete para acá’... él acomodaba a todo el cuadro”, recordó con orgullo Félix Manuel.

EL GUANTE QUE LO MARCÓ

Las memorias de su padre y de su madre, bastan para saber que Charlie estaba destinado para el béisbol. “Él (su padre) siempre lo practicaba y desde pequeñito estuvieron ligados al béisbol. Los juguetes que le regalaba estando en la cuna, eran batecitos y bolas plásticas”, dijo doña Nydia. “Hubo un guante que él le regaló que significó mucho para él y de ahí en adelante él (Charlie) dijo, ‘este es mi deporte, el béisbol’. Para ese entonces tenía cinco años”.

Don Félix Manuel recordó que para esa época laboraba en el Departamento de Recreación y Deportes en San Juan, a donde viajaba todos los días desde Florida. Sus conexiones con Salvador Colom, quien suplía de equipo deportivo al DRD, le hicieron hablar con él personalmente para que le consiguiera un guante para Charlie, el mismo que todavía su madre recuerda como el que le cambió la vida.

“Cuando se supo la noticia, esto fue una explosión de alegría lo que hubo en el pueblo. Vinieron personas a visitarnos personalmente, a abrazarnos. Recibimos llamadas telefónicas, mensajes de texto. Por la calle nos tocaban bocina cuando nos veían, y cuando íbamos al supermercado la gente dejaba los carritos (de compra) para abrazarnos y felicitarnos. Eso me emociona muchísimo”, dijo Nydia demostrando esa emoción en el tono de su voz.

“Lo más lindo de todo esto es la alegría de mis padres y mis amigos”, señaló por su lado el piloto. “Como anoche en el aeropuerto, y lo que va a pasar mañana (hoy). Es lo más lindo de todo esto. No es por mí, porque la atención es lo único que no me gusta. Yo prefiero estar tranquilito y disfrutar con mi gente y mi pueblo. Pero sabía que esto es bien importante para mi pueblo, así que ‘ok’ esta vez. Que vean que en mi pueblito aquí disfrutamos, nos queremos mucho y están orgullosos de mí”.


don felix manuel montoyo y doña Nydia Díaz han vivido días muy emocionantes desde que su hijo Charlie se convirtió en el nuevo piloto de los Azulejos.

Charlie Montoyo visita a su familia.